Dicen que nunca es tarde para rectificar ¿no? Así que supongo que nunca es tarde para agradecer. La verdad es que yo tengo muchas cosas que agradecerte. Seguro que ahora mismo no sabes por donde voy pero espera unos segundos, ¿recuerdas esos días malos que tengo cada mes los cuales te pasas las tardes tratándome como una enana y llenándome de besos? ¿recuerdas esas noches en vela donde mi almohada es testigo de las lágrimas que derramaba y tú estabas ahí para animarme? ¿recuerdas esos días de enfados donde cada tontería es buena para hacerme reír? ¿Recuerdas esas noches donde lo único que quería era meterme en la cama y desaparecer, cuando apareces tú con tu sonrisa y tus ganas de comerte el mundo e intentas contagiarme esas ganas? ¿Recuerdas todas aquellas veces? Pues por ello quiero agradecerte, porque nunca es demasiado darle las gracias a una persona, al igual que nunca es demasiado querer a una persona. ¿Sabes? Al principio pensé que eras como los demás, un completo idiota que jugaba con las tías y una vez tenía lo que quería desaparecía e iba a jugar con otra, pero muy rápido me di cuenta de lo equivocada que estaba porque tu no eres como ellos, no te pareces ni en el blanco de los ojos. Tú, un chico de ojos claros, una sonrisa que enamora, un carácter que enamora aún más ¿cómo pude pensar aquella barbaridad de ti? Ya veo lo equivocada que estaba, lo siento por haber pensado aquello de ti pequeño. Gracias por hacerme sentir una princesa cuando estoy a tu lado, gracias por hacerme sentir única en tu vida, gracias por hacerme sentir la chica más afortunada del mundo cuando paseo por la calle agarrada de tu mano, gracias por hacerme sentir feliz cuando siento tus brazos recorriendo mi cintura...
Gracias por esos pequeños detalles que hacen que mi vida junto a ti sea perfecta.
