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jueves, 26 de septiembre de 2013

Como comenzó aquella bonita historia que, hoy, no tiene fin.

Buenas noches mi pequeño ¿Qué tal te ha ido el día de hoy?  Me pasaba por aquí porque hace tiempo que no te escribía, que no sentía ese nerviosismo por acabar una entrada publicarla y ver que te había hecho ilusión todo lo que había puesto, así que aquí estoy otra vez. Hoy me puse a pensar, pasa pocas veces y hoy era una de esas veces. ¿A pensar? Sí, en nosotros, en lo que eramos y en lo que nos hemos convertido... Y párate a pensarlo tú también, nuestra historia ha sido como las historias de  película. Acuérdate, aquella chica pequeña, inocente, frágil, silenciosa, tímida y aquel chico mayor, seguro de si mismo, dispuesto a todo por la gente a la que quiere, cariñoso, romántico en una noche fría del mes de noviembre celebrando las fiestas del pueblo se conocieron y ellos dos eran los únicos protagonistas de aquella noche. Ella desde el primer momento que lo vio supo que aquel chico la marcaría de por vida, él pensó que aquella pequeña sería una chica entre otras tantas. Los dos se lo pasaron bien aquella noche, pero aquella historia no quedó ahí. A pesar de no verse nunca hablaban todas las noches, él le contaba sus problemas de pareja y ella le aconsejaba deseando ser ella la que oyera aquellas palabras bonitas de su boca. Después de seis largos meses sin verse volvieron a encontrarse. Ella sabía bien que era hora de poner todas las cartas sobre la mesa, o ahora o nunca, así que decidió saludarlo como se merecía con un largo y tendido beso. Él se quedó de piedra pero no rechazó aquel beso, ni aquella oportunidad de besarla. Y le tocó el turno a él, le tocó poner las cartas sobre la mesa arriesgarse como no lo había hecho nunca. Con mucha fe se acercó a ella y le dijo 'me encantaría ser aquel chico que te anime en tus días malos, aquel que te saque de casa cuando no puedas más, aquel que te seque las lágrimas que otros te han hecho derramar, y ser aquel que siempre esté junto a ti' ella no se lo pensó dos veces y juntos se encaminaron en un viaje largo, con barreras pero ellos dos sabían que estaban juntos y era lo que importaba y hacía avanzar cada vez más fuertes. Ya hace más de un año que empezaron aquel viaje juntos, y jamás pensaron en separarse el uno del otro todo lo contrario, juntos, se volvieron más fuerte que nadie.
No sé tú, pero a mi se me saltan las lágrimas al recordar el pequeño camino que hemos recorrido juntos, esos baches que juntos hemos sabido enfrentar y esas risas que juntos hemos esbozado. Ninguna historia es incomparable con la nuestra, y hoy toca mirar al frente mirar el camino que todavía nos queda por recorrer juntos y mentalizarnos de que vendrán malos tiempos pero juntos todo se puede.